Terrores nocturnos: qué son y qué podemos hacer
La crianza es una etapa muy bonita para quienes la desean experimentar, pero es justo verbalizar también que puede ser compleja en la que muchos padres y madres padecen los famosos terrores nocturnos, por ello, desde Noelia Pérez Psicóloga te vamos a mostrar qué son y qué puedes hacer al respecto.
¿Qué son los terrores nocturnos?
Los terrores nocturnos son un tipo de trastorno del sueño, concretamente se denominan parasomnias.
Las parasomnias se caracterizan por la aparición de conductas explosivas de carácter anómalo (no son congruentes) y surgen durante el período del sueño.
Dichas conductas anómalas se conforman de episodios recurrentes de despertares bruscos, producidos durante el primer tercio del episodio de sueño mayor y que conlleva una gran sensación de angustia, la cual, suele exteriorizarse con gritos intensos y acompañados de agitación psicomotriz.
Terrores nocturnos en niños, ¿qué podemos hacer?
Los terrores nocturnos afectan a la población infantil entre los 4 y los 10 años. Aunque resulta muy llamativo la incidencia de los terrores nocturnos en los niños, estos lo superan en general antes de entrar en la adolescencia.
Esta alteración es también conocida como los “miedos del sueño” y en los niños se produce en la fase del sueño No Rem y se manifiesta con gritos escandalosos, sollozos, sudoración y agitación psicomotriz.
Cuando los terrores nocturnos ocurren es fundamental no perder la calma ni entrar en pánico. No se trata de una enfermedad sino una consecuencia de una alteración en el sistema nervioso central.
Como se ha dicho anteriormente, aunque se trata de una etapa pasajera, es necesario saber y tener en consideración algunas pautas sobre qué hacer ante los terrores nocturnos.
1. Inducir a la relajación
Para disminuir los episodios de terrores nocturnos es necesario que los padres puedan inducir a la relajación a sus pequeños, creándoles rutinas que favorezcan un clima tranquilo y sosegado antes de dormir.
Te interesa: “Técnicas de relajación”.
2. Evitar la sobreestimulación
Se recomienda evitar que los menores se acuesten tarde y que estén sobreestimulados, bien por tener demasiado ajetreo o por la desregularización debido al cansancio y haberse saltado las rutinas de sueño.
Cuando los niños se van a la cama deprisa y corriendo o sin haber tenido un momento previo de tranquilidad, pueden acostarse con ciertos niveles de ansiedad que pueden intervenir en la conciliación del sueño y en la aparición de parasomnias.
Lectura recomendada: “Consejos para afrontar los momentos de ansiedad”.
3. No perder la paciencia
Padres y madres del mundo…¡no perdáis la paciencia! Intentad proporcionar tranquilidad y seguridad cuando se de un terror nocturno.
La paciencia y la calma serán tus mejores aliados para ayudar a tu hijo a calmarse también y volver a recuperar el sueño de una forma óptima. Si tu pequeño se encuentra con mucha agitación motriz es recomendable que permanezcas a su lado para aportar seguridad y así evitar que se haga daño así mismo sin querer.
En definitiva, lo más importante cuando suceden los terrores nocturnos es que los papás y las mamás no os preocupéis sino que os ocupéis de la situación, ofreciéndole amor, atención, acompañamiento, calma y sosiego al menor.