Todos pasamos por momentos difíciles en nuestra vida que pueden hacer necesario cierto apoyo: situaciones de duelo o separación, estados de ansiedad, dependencia emocional, problemas de adaptación o en las relaciones sociales, estrés laboral, dificultades de convivencia, toma de decisiones importantes…
No constituyen un trastorno psicológico como tal, pero que pueden generar un intenso malestar y limitarnos mucho la vida.
Los profesionales de la psicología también nos ocupamos de eso.
La Organización Mundial de la Salud define la SALUD como: “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedad”
El objetivo es pues, contribuir al bienestar general de las personas, guiándolas hacia la mejora de su salud psíquica y física, hacia una mejor adaptación social y hacia su desarrollo y crecimiento personal.
La edad adulta es el período más largo de nuestra vida y por tanto, es muy probable que durante estos años vivamos situaciones complicadas que requieran de soporte psicológico.
Explora tus propios recursos para gestionar tus emociones y encuentra herramientas que te permitan afrontar las situaciones que estás viviendo o avanzar hacia la vida que deseas.
Las relaciones de pareja pueden ser muy difíciles de gestionar debido a la fuerte implicación emocional que sentimos. La convivencia, el paso del tiempo, la llegada de hijos e hijas, su marcha, la rutina, la jubilación, etc, son retos difíciles para cualquier pareja y pueden dar lugar a conflictos.
La terapia de pareja puede contribuir a la mejora de la calidad y satisfacción de la relación, a conocerse, comprenderse mejor y superar los momentos de crisis. Pero también es útil para las personas que han decidido separarse, pero quieren hacerlo de la mejor manera posible.
El proceso no siempre implica sesiones conjuntas, hay ocasiones en que es necesario recurrir a las sesiones individuales con cada miembro.
La terapia sexual tiene como objetivo ayudar a las personas a disfrutar de su sexualidad, ya sea en soledad o en pareja, rompiendo tabús, eliminando dudas y asesorando acerca de cualquier inquietud que se tenga en relación con la sexualidad.
Aunque problemas sexuales puedan parecer difíciles de solventar, la realidad es que en muy pocas sesiones acostumbran a resolverse. Muchas veces se tarda en pedir ayuda por vergüenza o prejuicios, pero tratándolos adecuadamente, suelen ser problemas de fácil recuperación.
La adolescencia es una época de cambios especialmente susceptible a la aparición de problemas, tanto a nivel individual como familiar. Es un recorrido largo y complejo, de exploración y en ocasiones de gran confusión y desconcierto.
Como padres y madres también resulta complejo acompañar estos cambios, puede ser un periodo de gran conflictividad donde las relaciones familiares pueden hacerse difíciles y/o resentirse.