¿Cómo vencer el estrés?
El estrés se puede entender como una reacción generalizada de activación del organismo ante una situación que se percibe como amenazante. En toda circunstancia dada, la mente valora cuáles son las exigencias presentes en dicha situación y cuáles son los recursos personales que tengo para gestionarlas.
Si el resultado de esta valoración es positivo, podré percibir que mis recursos son suficientes para cubrir las demandas y no sufriré estrés. Sí, por el contrario, percibo que mis recursos son insuficientes para cubrir las demandas de la situación, entonces el estrés hará acto de presencia con todo lo que ello conlleva.
Etapas del estrés
Cuando estoy ante una situación estresante, mi organismo recorre una serie de etapas para poder hacerle frente. Estas etapas son las siguientes:
1. Fase de alarma
Ante la percepción de una posible situación de estrés, el organismo comienza a desarrollar una serie de cambios fisiológicos (aumento de la presión sanguínea, respiración acelerada…) y psicológicas (ansiedad, inquietud, nerviosismo…) que lo predisponen a hacer frente a la situación que percibo como estresante. La aparición de estos síntomas está influida por distintos factores:
Por un lado, se encuentran los factores que dependen de la naturaleza física del agresor, por ejemplo, el nivel de ruido, la temperatura ambiental o el tiempo disponible para hacer una tarea.
Por otra parte, están los factores que dependen de la persona que sufre el estrés. Entre estos se encuentran la percepción de amenaza, por ejemplo, que anticipa el fracaso y el grado de control que percibe sobre la situación, es decir, si percibe que tiene capacidades para controlar la situación estresante o no.
2. Fase de resistencia
La fase de resistencia supone la etapa de adaptación a la situación estresante. En ella el organismo desarrolla una serie de procesos a nivel fisiológico, cognitivo, emocional y conductual orientados a reequilibrar la situación estresante, de tal forma que el impacto del estresor o sus consecuencias sea el menor posible.
Si se produce esta adaptación, el organismo vuelve al estado de equilibrio. Por lo contrario, si fracaso en esta segunda fase, porque no he puesto las habilidades de afrontamiento necesarias para gestionar la situación estresante, entro en la siguiente etapa.
3. Fase de agotamiento
En esta última fase es donde se hacen presentes los síntomas del estrés crónico, presentándose a nivel somático, cognitivo y emocional.
Ahora bien, pero, ¿cómo afrontar el estrés?
¿Cómo afrontar el estrés?
Todos y cada una de las personas luchamos de alguna manera contra el estrés que aparece en nuestra vida. La forma en la que lo hacemos es lo que se conoce como afrontamiento del estrés.
Si bien es cierto que todas las personas tenemos nuestra forma de afrontar el estrés, no todas acaban resultando adaptativo. Esto se puede deber a que no sabemos exactamente cuáles son las fuentes de estrés, no hemos desarrollado las estrategias de afrontamiento necesarias, o no sabemos ponerlas en marcha correctamente.
Se puede establecer una jerarquía de afrontamiento con los distintos niveles que cada uno ponemos en marcha a la hora de vérselas con el estrés:
1. Estilo de afrontamiento
Se trata de las formas generales y habituales de enfrentarse al estrés. Respecto al estilo de afrontamiento encontramos dos tipos:
- Estilo reactivo: este es un estilo impulsivo, la persona reacciona de forma instintiva al estrés, de manera rápida y emotiva.
- Estilo proactivo: este es un estilo preventivo. La persona se prepara para la situación de estrés. Planifica su estrategia para vérselas con la situación estresante.
2. Recursos de afrontamiento
Los recursos de afrontamiento son el conjunto de ventajas físicas, psicológicas, personales y sociales que tiene la persona y desde donde nacen las estrategias de la gestión del estrés.
La autoestima, el apoyo social, la seguridad económica, la salud física y las habilidades sociales son recursos adaptativos para la gestión del estrés.
3. Estrategias de afrontamiento
Las estrategias de afrontamiento son los planes y las actuaciones manifiestas que ponemos en marcha para enfrentarnos al estrés. Dentro de estas estrategias se encuentran las paliativas y las preventivas.
- Estrategias preventivas: son aquellas estrategias encaminadas a prevenir que ocurra el suceso estresante.
- Estrategias paliativas: se tratan de aquellos planes que se usan para minimizar el impacto que produce el estresor.
Las personas que más eficazmente lidian con el estrés son aquellas que han desarrollado recursos en las tres capas de afrontamiento.
Si estás teniendo dificultades en el manejo de tu estrés, pide ayuda de un profesional de la salud, él te recomendará qué puedes hacer y qué herramientas necesitas para enfrentar esta situación.
Espero que este artículo te haya servido de ayuda. Si tienes alguna duda, pregúntame, desde Noelia Pérez Psicóloga estaré encantada de ayudarte en todo lo que necesites.